jueves, 6 de septiembre de 2012

¿POR QUÉ LA RELIGIÓN?

Las numerosas religiones son un reflejo de las distintas formas que los hombres han tenido y tienen de acercarse a la divinidad. En efecto, el hombre nace con una sed natural de Dios, como muestran la mayoría de los pueblos y culturas en todos los tiempos. En realidad, podría haber, quizá, tantas religiones como hombres, pero es un hecho que cada tribu, cada comunidad, cada pueblo, nación o porción de humanidad se ha dotado y se dota siempre de unas creencias y ritos comunes, porque el hombre, también por naturaleza, es un animal social, que no puede vivir aisladamente y sin comunicación con los demás. Necesita, por lo tanto, compartir también con otros algo tan íntimo y personal como es la religión. El hombre necesita apoyarse en Dios, pero también en sus otros semejantes. O, mejor dicho, necesita apoyarse en sus semejantes para su relación con Dios.
El ser humano se siente solo y desprotegido en el mundo frente a las fuerzas impredecibles de la Naturaleza, frente a otros hombres... Siente una cierta inseguridad en esta vida que le anima a buscar apoyo y ayuda más allá de sí mismo, en la divinidad, en lo trascendente. Tiene preguntas profundas: ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy? ¿Hay algo después de esta vida o me tengo que resignar a la muerte y a la nada? Son inquietudes que interpelan su interior y que le piden buscar respuestas convincentes. A ello le ayudan las religiones, cada una a su manera.
Otras veces, observa el orden y la maravilla del Universo y, ante tanta perfección, intuye que debe de haber alguien superior capaz de haber hecho todo eso con tal exactitud; alguien, desde luego, admirable y benefactor al que se puede o debe adorar con asombro y gratitud. No ha faltado, incluso, la adoración del Sol, de la Madre Tierra…
Además, ante el sufrimiento y el dolor, ante la injusticia, ante la frecuente experiencia del mal en el mundo, se hace necesario también dar respuestas que, si bien no eliminan esos males, sí puedan proporcionarles un sentido para sobrellevarlos mejor.
En suma, el hombre es un ser al que no sólo le basta con comer, dormir y atender a determinadas necesidades biológico-fisiológicas, sino que tiene otras necesidades profundas, psicológicas y espirituales, que también ha de satisfacer. El hombre es un ser en busca de respuestas y en busca de sentido. Por eso se sirve y se ha servido siempre de la religión en sus diversas formas, la cual establece, como su propio nombre indica, esa re-ligazón del hombre con Dios y le ayuda para lo más importante: para vivir.

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